Una de los motivos por los cuales engordamos sin que nos demos cuenta puede ser el estrés.
Cuando estamos tensos y estresados, nuestro cuerpo segrega más adrenalina y esto hace que suba el nivel de azúcar en sangre. Cuando tenemos el nivel de azúcar más alto de lo normal, enseguida el organismo produce insulina para neutralizar esa subida de azúcar y quedarla compensada, transformándolo en más grasa con capacidad para pasar de la sangre a las células. Esto hace que engordemos y crea un bucle sin fin en el que el cuerpo pide azúcar y después se produce más insulina para quemarlo.
Es por ello que en algunas personas el estrés provoca una necesidad compulsiva de comer bombones, pasteles y alimentos dulces y azucarados.
Un consejo para evitar esto, procura relajarte y aliviar tensiones antes de comenzar cualquier comida, aunque sea breve .
Crear este hábito es bueno para nuestra salud. Sentarnos a comer sin pensar en preocupaciones y prestar atención a lo que nos llevamos a la boca, hará que ese alimento nos ayude a nutrirnos, y no a engordarnos.
Sé Feliz
Pedro García
Un comentario
Estoy muy de acuerdo con la entrada publicada, yo solia verme muy afectado por mi manera de reaccionar ante las situaciones cotidianas de la vida y ahora me encuentro pagando la factura. Tengo los trigliceridos altos y algunas molestias en la cabeza por no saber manejar adecuadamente el estrés.