Elige bien tus alimentos para tener un buen resultado (parte 1)

Conoce cómo una mala elección de alimentos, tiró por tierra todo un año de preparación deportiva. 

Tengo un deportista máster  al que llevo entrenando más de un año y con el que hemos ido teniendo muy buenos resultados. Ha ganado 8 pruebas regionales, ha hecho 4 2º puestos y un 3º. El resto de carreras ha entrado entre los 10 primeros. Es muy competitivo pero sobre todo es muy disciplinado.

Cuando comenzamos a trabajar, le realicé un sinfín de preguntas todas ellas relacionadas con sus hábitos de cada día. Después de analizar los datos, hicimos unos cambios alimentarios para tratar de afinar el rendimiento y la recuperación:

• Quitamos la leche de vaca.
• Eliminamos el azúcar refinado y las harinas blancas.
• Tratamos de que no abusara de los cereales.
• E incrementamos la ingesta de proteínas.

En tres meses su cuerpo experimentó un importante cambio. Se sentía con más energía y con más fuerza. Los resultados empezaron a llegar pronto. Pasó de estar entre los 30 primeros de su categoría a terminar todas las carrera entre los 10 primeros, incluso haciendo primeros puestos.

En la temporada 2015 nos habíamos marcado como objetivo ir al campeonato de España Máster de ciclismo, que se celebraba en el mes de Septiembre, pero en Julio algo comenzó a torcerse.

Me decía en las fichas de entrenamiento semanal que estaba como constipado. Empezaba a notar que la fuerza no le respondía como antes y sobre todo, que el pulso no le subía con alegría.

En verano es normal tener estas sensaciones. A causa del calor, no se duerme todo lo el cuerpo necesita para estar totalmente recuperado. Esta falta de descanso impide que la regeneración sea completa entre entreno y entreno. También comemos más ligeramente debido al calor y sobre todo, socialmente nos relacionamos más. Salimos más con los amigos, con lo que eso conlleva (cervecita, alguna copita que otra, acostarnos tarde, comer cosas que no estamos acostumbrados tanto en cantidad como en calidad). Lo lógico era que con una semana de descanso, todo volviera a la normalidad.

Descansó una semana, pero todo seguía igual. Me insistía en el constipado. No se había constipado en invierno, pero llevaba ya más de un mes y los mocos no se le iban. Las fuerzas no le respondían como antes. Cuando iba a las carreras, a base de mucho sufrimiento entraba entre los 10 primeros, pero no iba para nada cómodo. Además, y este fue el detalle que me alertó, sus pedos tenían un olor fétido y estaba todo el día con gases. Antes no tenía gases, pero desde que estaba resfriado, no paraba de echar pedos malolientes.

En el momento que me dijo lo de los gases, comenzamos a rehacer la ficha de la alimentación. Le pregunté qué era lo que había cambiado en sus hábitos alimentarios en los dos últimos meses. Me pasó un informe detallado de qué es lo que comía cada día, alimento por alimento y cantidad de dicho alimento de las  5 ó 6 comidas que realizaba cada día, incluso la comida y bebida del entrenamiento, e inmediatamente encontré el problema.

¿Sabes qué era lo que le estaba restando fuerza y lo que hacía que estuviera constipado, con mocos y sin fuerza alguna?

¿Sabes por qué su cuerpo le estaba enviando alertas en forma de pedos fétidos?

En el siguiente artículo te lo cuento para que tú también lo tengas en cuenta y estés alerta, por si esto te sucede a ti.

Nos vemos en el siguiente artículo.

Sé Feliz
Pedro García