En un artículo anterior te he comentado que el Kéfir y la Kombucha son buenos para la flora intestinal
En este artículo veíamos que tener una flora intestinal bien cuidada protege tu sistema inmune, te aporta salud y mejora el rendimiento deportivo.
Hoy te voy a contar sobre el Kéfir y la Kombucha, dos maneras naturales de renovar tu flora intestinal.
El kéfir es un conjunto de microorganismos que se reproduce en leche, en agua o en té, produciendo una bebida probiótica con multitud de beneficios para tu organismo (Fósforo, Vitamina B12, Magnesio, Vitamina D…)
Aparte de renovar tu flora intestinal
El Kéfir lo puedes hacer de 3 maneras diferentes:
Pero cuidado de no mezclarlas entre ellas ya que cada bacteria se reproduce en su ambiente.
La bacteria del kéfir de Leche tiene una fermentación láctica. El azúcar de la leche (lactosa) la utiliza como alimento para reproducirse. Tarda entre 24 y 48 horas en transformar la leche en Kéfir.
A más tiempo de fermentación más bacterias tendrá el producto final, pero también estará más ácida la bebida.
La bacteria del Kéfir de agua se alimenta de azúcar y el tiempo que necesita para que el agua esté lista y llena de probióticos varía entre 3 y 5 días.
Al igual que ocurre en la leche, el kéfir de agua cuanto más tiempo esté fermentando, más ácida estará la bebida ya que habrá menos azúcar en ella, pero tendrás más bichitos saludables que irán directo a tu intestino y ayudarán a regenerar tu flora intestinal.
Y por último, la fermentación de la Kombucha se produce en Té, pero también es una fermentación alcohólica como la del kéfir de agua ya que necesita azúcar para que las bacterias se alimenten y se reproduzcan.
Esta fermentación es algo más lenta y varía entre 10 y 30 días.
Al igual que las anteriores bebidas probióticas de leche y agua, a más tiempo de fermentación de la Kombucha, menos azúcar habrá y más “bichitos” tendrá la bebida final, pero también estará más ácida.
El tiempo de fermentación del kéfir va a depender de tu paladar, es decir, si te gusta la bebida final más o menos dulce o si te resulta agradable el sabor ácido.
En el caso del Kéfir de leche, puedes endulzarlo con miel cruda cuando te lo vayas a tomar.
A mí personalmente me gustan que estén fuertecitos. Sé que hay más bacterias beneficiosas para fortalecer mi flora intestinal.
Bueno, para gustos colores.
El Kéfir de leche tiene una textura parecida a la de la cuajada. Si le echas un poquito de miel cruda antes de tomarlo, está riquísima y lo pueden tomar incluso los alérgicos a la lactosa ya que este azúcar desaparece de la leche al fermentar el Kéfir,
No es recomendable este Kéfir de leche para los que son alérgicos a la proteína de la leche.
No obstante, recuerda preguntar a tu médico ante cualquier tipo de duda relacionada con tu estado de salud.
El Kéfir de agua es más tolerable para todos. Esta se puede aderezar con alguna fruta desecada como orejones o incluso echar un poquito de miel cruda para que coja más sabor durante la fermentación. Cada dos o tres días, cambias el agua y el líquido probiótico recolectado, lo guardas en la nevera para ir tomando un par de vasos al día.
El Té negro le da un toque muy bueno y yo lo hago también con un poquito de jengibre, que le da un sabor buenísimo.
Lo quedo fermentando mínimo 3 semanas y cada día me tomo dos vasos de kombucha.
La verdad es que este invierno no me he constipado. Parece que no me ha ido nada mal.
Como la Kombucha es mi favorito, en este artículo me voy a centrar en ella, pero ten presente que los beneficios de cualquiera de los tres tipos de Kéfir, son similares.
Como te vengo contando en este artículo, la Kombucha tiene múltiples beneficios ya que regenera la flora intestinal y esto hace que tu cuerpo vaya mucho mejor;
Y para los que hacemos deporte, también nos viene bien. Yo diría que nos viene muy bien.
Tomar una bebida probiótica regenerar y mantiene fuerte el sistema inmune.
Un sistema inmunológico fuerte te ayudará a recuperar más rápido, te cansas menos, enfermas menos y a asimilas los entrenamientos con mayor calidad.
Si entre horas te apetece tomar una bebida recuperadora, la Kombucha es una alternativa más sana que cualquier recuperador o producto industrial azucarado que puedas comprar.
Al ser un producto probiótico y tener muchos bichitos buenos, debes de comenzar muy poquito a poco.
Al aumentar la cantidad de bacterias buenas que entran en tu cuerpo, tu organismo comienza un proceso de desintoxicación. Es capaz de eliminar suciedad que le está molestando.
Esta eliminación de suciedad o desintoxicación puede provocar diarrea o alteración en la frecuencia, color, olor e intensidad de las heces.
Durante las primeras semanas es recomendable tomar un chupito por las mañanas y otro por las tardes y a medida que van pasando los días y tu cuerpo se va adaptando a las nuevas bacterias, puedes ir aumentando la dosis hasta uno o dos vasos al día.
Recuerda que los primeros días vas a sentir cosas raras por la barriga; muchos ruidos y como algún que otro retortijón, pero mantén la calma que es todo normal.
Ve poco a poco los primeros días y en un par de semanas o tres, tu cuerpo estará hecho al nuevo cambio. Lo notarás.
Ya sabes que si estás embarazada, tu médico es quien tiene la última palabra.
Si tienes alguna enfermedad del sistema inmune, consulta también con tu médico antes de tomar kombucha.
Pues claro que sí.
Al principio, como te he comentado más arriba, es normal que sientas cosas raras en la barriga y cuando pases al baño… «verás y olerás cosas raras».
El entrenamiento durante el inicio de la Kombucha tómatelo con tranquilidad.
Si quieres empezar a tomar Kombucha y haces deporte, busca un periodo de asimilación de entrenamiento en el que no tengas que apretar mucho y te tomes los entrenamientos con calma.
En una semana notarás que recuperas mejor y que te sientes con más energía.
También puedes llegar a notar que recuperas antes y que te resfrías menos.
Todo lo que sea regenerar de manera natural la flora intestinal y el sistema inmunológico, te va a afectar positivamente en tu rendimiento.
Tomar Kombucha mejorará tus resultados.
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Pedro García
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